miércoles, 11 de noviembre de 2009

Ring side



Sobre Seguntos afuera, de Martín Kohan *

Por Nancy Fernandez


Con motivo de celebrar sus 50 años, el diario de la ciudad de Trelew evoca el año 1923 en la charla inconclusa entre dos periodistas: Verani (de la sección deportiva) y Ledesma (de la sección cultural). Roque es la mirada que interviene escuchando y que registra en primera persona, su propia obsesión por desempolvar el crimen del extranjero solitario. El olvido de aquel hecho (un hombre que aparece ahorcado en el City Hotel de la Avenida de Mayo en Buenos Aires), y la puesta en acto del pasado, marca los matices entre la reposición de conexiones azarosas y la elaboración del recuerdo deliberado. En este sentido, la mítica pelea de boxeo entre José Angel Firpo y Jack Dempsey en Nueva York, así como el estreno de la Primera Sinfonía de Mahler dirigida por Richard Strauss en el Colón, constituyen el rescate consciente de la Historia desde la perspectiva social del ingreso de la Argentina en los medios masivos de comunicación. Si la cultura mediática señala la difusión eficaz y veloz de los hechos a nivel mundial (nadie escapa del instante en que cambia el signo de la gloria en la derrota de Firpo) la simultaneidad de los sucesos también comienza a adquirir sentido desde la lógica de una investigación policial (llevada a cabo por el joven periodista); la escritura de Kohan en esta nueva novela, asume su concepción teórica y práctica: la posibilidad de narrar desde el fragmento y jugar con los equívocos de una teleología apócrifa. Porque si la muerte de Otto Stiglitz, violoncelista austríaco de la orquesta de Strauss, apunta a las ambiciones desmedidas de un músico argentino, también puede cruzarse con las apuestas jugadas por la suerte de los púgiles. Así, las historias inacabadas de cada personaje, traman la búsqueda común de un punto de convergencia y, sobre todo, de afirmación: hallar los restos de esas imágenes fotográficas que vienen del pasado, rearmando el mosaico de identidades donde siempre falta una pieza por incluir.
Varios registros integran la narración. Una magistral combinación entre estilo directo en primera persona y omnisciencia –que mide, especula y observa-, actualiza la historia de Jack Dempsey, entre la figuración alucinada del pasado (la voz de su madre diciéndole “a levantarse Jack”) y el segundo definitivo del triunfo al recuperarse de la caída; el estilo directo toma también la vida del fotógrafo Donald Mitchell, alternando entre el pasado (con la culpa de la traición a sus padres) y el instante que concentra la eternidad efímera y frustrada: retener con magia técnica eso que nunca podría haber ocurrido: la caída del campeón norteamericano fuera del ring. El relato de Roque en primera persona pone al descubierto el silencio suspensivo que marca la grieta en la historia de Ledesma; un silencio y una detención que se enlaza, sin previsión aparante, con las reflexiones del mismo Ledesma acerca de la potencia del secreto sigilo del que nace la Primera Sinfonía de Mahler. Por su parte, Firpo es el mito constituído en los relatos y conjeturas de Verani y Ledesma y en este punto, Kohan repone de alguna manera el modelo que inaugurara Ricardo Piglia con Respiración Artificial. Por que si Kohan vuelve a jugar con el humor (del que Dos Veces junio estaba exento), no solamente lo hace para relativizar los estereotipos de niveles (cultura “alta” y cultura “baja”, cultura elitista y cultura popular) sino para hacer funcionar el sistema de enunciación sobre los debates literarios, diálogos de café donde la cultura traba un mano a mano con lo cotidiano: en boca de Ledesma, Firpo, el toro de las pampas, recupera el álito de la barbarie escrita en las páginas de Sarmiento, Echeverría y Cortázar. Si de especulaciones literarias se trata, habría que indagar, además, que queda del Doctor Faustus de Tomas Mann, y de las disquisiciones adornianas que perciben la coincidencia entre el mundo serializado de los altoparlantes, la radio y el megáfono, más el síntoma de un silencio que apunta al vacío del tiempo y del espacio. Como sea, las vidas se entreveran en sintonías de casualidades donde la contingencia juega la partida del pasado misterioso tras el telón incompleto de la fiesta popular.


Buenos Aires: Sudamericana, 2005.

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